En esto de los dominios debemos estar siempre atentos a las tendencias de los diferentes sectores para no perder trenes que empresarialmente interesantes. Un buen dominio puede conseguirse a través de dos formas. Una, registrándolo nosotros mismos sin intermediarios; otra, accediendo a carteras de dominios profesionales y comprándolos.
Las carteras de dominios profesionales son catálogos de direcciones web adquiridas por empresas y vendidas, a posteriori, a otras empresas o particulares. Estas empresas analizan los diferentes sectores comerciales en profundidad, adquieren dominios que puedan funcionar en los mismos y, en ocasiones, los desarrollan para su venta.
Es obvio que este trabajo supone un coste adicional para el comprador: si un dominio .com puede costar en torno a los diez euros al año, un dominio comprado en segunda instancia a una cartera de dominios presentará un precio oscilante y superior (de cien euros hasta miles de euros).
El trabajo de análisis comercial ejecutado por la empresa profesional en estos menesteres puede beneficiar al comprador del dominio siempre y cuando éste tenga claro los objetivos que desea cumplir con la web, aunque siempre debemos conocer que un dominio profesional ayuda, pero no salva.
¿Cuándo acudir a una cartera de dominios? Pues si estamos interesados en lanzar una campaña publicitaria bajo un dominio concreto que sea premium. También cuando iniciemos un nuevo proyecto en Internet y creamos en el potencial de un gran dominio previamente comprado.