Los registradores de dominios siguen dando negocio

Es cierto que el negocio domainer no está pasando por su mejor momento, ya que no se produce la explosión que antaño en la venta de direcciones web. Los tiempos han cambiado y cada vez es más difícil encontrar dominios premium a un precio razonable que el mercado esté dispuesto a pagar. Las carteras de los domainers son extensas pero en muchos casos mal comercializadas.

Sin embargo, existe una vertiente en la que todavía queda mucho camino por recorrer: el negocio del registro de dominios. Días atrás leía la noticia de la compra de la alemana EPAG por Tucows a cambio de más de dos millones de dólares. La registradora de dominios, acreditada por la ICANN, gestiona más de 400.000 direcciones web, buena parte de ellos dominios de alto nivel.

Una adquisición así solo se produce cuando un negocio tiene vistas de crecer y se encuentra en un estado saludable. Los registros de dominios en 2010 superaron la barrera de los 205 millones de dominios, así que calculando una media de seis euros de coste por dominio (su precio depende del registrador, de la extensión, etc.) es posible hacerse una idea sobre la facturación.

Que un domainer compre un dominio y apueste por él para generar contenido propio o venderlo a un tercero es un negocio que depende de los registradores. Son el primer camino necesario para establecerse en Internet, el punto de partida por el que pasan millones de personas al día. Y por el que seguirán pasando en el futuro.

Con estas razones, no es difícil llegar a la conclusión de que este sector de negocio es especialmente atractivo para los inversores.

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